Dos señoras enfermas
nuestro aniversario, lanzar comida a los cuadros, la procrastinación, ignorar un charco de sangre y la última lectura de la Rosalía
Hoy tendríamos que estar celebrando nuestro cuarto aniversario pero aquí nos tenéis, luchando por respirar. Sabemos que no somos las únicas y que lo más probable es que alguna de vosotras también haya pillado el maldito virus intestinal que anda por ahí suelto, una gripe, un constipado o incluso covid, otra vez. Sabemos que hay mucha gente pocha, pero estáis de suerte: esta newsletter se puede leer cómodamente desde la cama, ya sea porque es sábado y todavía retozáis entre las sábanas o porque, como nosotras, estáis expulsando los gérmenes de vuestro organismo. Sea como sea, dentro newsletter.
🗞 la noticia
Ya no sabemos ni si es noticia, pero ha vuelto a pasar: la semana pasada dos activistas climáticas lanzaron un bote de sopa contra La Primavera de Monet. El lienzo no ha sufrido daños, pero las manifestantes han sido arrestadas y acusadas de vandalismo a pesar de que su único objetivo era difundir el mensaje de que “esta será la última primavera que nos quedará si no reaccionamos pronto”.
Son muchas las pinturas que han sufrido ataques a lo largo de la historia por motivos muy variados y locos, pero ¿de qué sirve tirar tarta, sopa o puré de patatas contra una obra en nombre del activismo climático? El mensaje es sencillo: el arte no puede existir en un mundo destruido. Lo cierto es que, durante años, los académicos se han llenado la boca defendiendo que el papel principal del arte es entender el mundo en el que vivimos. Pero, ¿qué pasa cuando la realidad está tan mal que lo único que nos queda es atacar grandes obras de arte para que la sociedad abra los ojos de una vez? Los museos siguen sin entenderlo y afirman que estas protestas son ataques contra las grandes obras de valor incalculable. Ay, el mercado.
No sabemos si estas acciones lograrán que cambie algo, pero de lo que estamos seguras es de que hay que ser muy valiente para poner el cuerpo en la causa. Y oye, que si hay que lanzar un bote de fabada contra un Picasso, pues palante.
🔎 la curiosidad
Digamos que febrero no tiene fama de ser el mes más divertido del año. Sin un solo festivo por delante, la rutina se instala en nuestras vidas y no nos queda otra que dejarnos llevar por la monotonía, el aburrimiento y la procrastinación. Pero tranquilas, que no somos las únicas: Frida Kahlo también era una gran procrastinadora. Por lo visto, tras una temporada conviviendo con ella, su amiga la artista suiza Lucienne Bloch escribió en su diario: “Se le dificulta mucho a Frida hacer las cosas con regularidad. Para cuando empieza a actuar, siempre ocurre algo, y entonces siente que se le ha echado a perder el día.” De hecho, le costaba tanto ser disciplinada que en ocasiones (no siempre) lograba ver el lado positivo de las largas temporadas que tenía que pasar postrada en la cama: “Me dediqué a pintar, bromeaba, escribía… El año que pasé en el hospital fue como una gran fiesta. No puedo quejarme”. Frida, querida, te entendemos a la perfección.
👀 la exposición
Si estáis por el Eixample paseando al perro, de camino al trabajo o haciendo recados, que no os dé miedo entrar a la galería ProjecteSD, un lugar sencillo y cuidado en medio del Passatge Mercader donde, hasta finales de marzo, podréis visitar la exposición In a dim light de Xavier Ribas.
En Devenir, una de las series expuestas, se muestran unos cuantos retratos de cuerpos de mármol fragmentados que pertenecen a dioses, centauros y amazonas, recuperados de entre los escombros de templos y palacios de la antigüedad clásica. Con estas fotografías, Ribas pretende poner el foco en las historias violentas que se esconden tras estas piezas y enfrentarnos a una realidad: coleccionar restos arqueológicos siempre ha formado parte del proyecto colonial de los países occidentales. Quizás, al contemplar estos vestigios y réplicas, deberíamos empezar a tomar conciencia y preguntarnos qué historias se quisieron difundir y cuáles fueron ignoradas.
💘 la artista
Ana Mendieta es mucho más que la mujer que en 1985 se precipitó de un 34º piso tras una fuerte discusión con su marido, el recientemente fallecido Carl Andre. A través de una obra artística visceral y provocativa, Mendieta se adelantó a su tiempo, explorando temas tan actuales como la identidad, la feminidad, la violencia contra las mujeres y nuestra relación con la naturaleza, utilizando elementos como la sangre, la tierra, el fuego y el propio cuerpo.
En una de sus primeras obras1, en la que ya aparecen algunos elementos que serán recurrentes en su corta carrera, Mendieta y su hermana vertieron sangre de cerdo delante de la puerta de su apartamento en Iowa y se dedicaron a grabar las reacciones de la gente que pasaba por allí. Spoiler: el charco de sangre no le importó absolutamente a nadie. Algunas personas miraban y luego seguían su camino, otras directamente lo esquivaban sin sorprenderse; finalmente, alguien limpió la sangre de la acera y, probablemente, volvió a su casa para seguir con su vida. Si una mujer es asesinada y nadie se da cuenta, ¿aún importa? Si asesinan a más de 20.000 personas pero apagamos la tele porque las noticias de la guerra nos deprimen y preferimos abrir Tik Tok, ¿aún importa?
📢 la recomendación
Ahora que la Rosalía lo ha puesto de moda, no podíamos dejar de recomendar I love Dick, de Chris Kraus. Un libro sobre una cineasta fracasada en plena crisis de los cuarenta que se obsesiona con el-típico-artista-blanco-cis-hetero-macho-alfa y que acaba arrastrando en su delirio a su marido, el-típico-hombre-blanco-académico-intelectual. El resultado es un libro epistolar de autoficción en el que se invierten los roles de siempre, convirtiendo al hombre en objeto de deseo y en la excusa de Kraus para reflexionar acerca del arte, el sexo y la política.
En 2016 se hizo una serie de ocho episodios con Kevin Bacon como Dick. El libro es mejor, pero la serie os arregla una tarde tonta.
¿Y AHORA QUÉ?
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Gracias por esta nueva píldora cultural. Empezaba a sentir el síndrome de abstinencia. ¡Mejórense, señoras!
Una vez más, maravillosa newsletter. Mil ventanitas abiertas para explorar. ¡Gracias!